La transformación del sector commodities a raíz de la pandemia de COVID 19

Por Mark Howard, Consultor de China Zhuanghe Investment Limited
Conferenciante de COVIDMIN, desde Londres, en Gestión de Riesgos y Finanzas

El COVID 19 es una enfermedad nueva que costara la vida de millones de ciudadanos alrededor del mundo. Al mismo tiempo la pandemia efectuara cambios profundos y duraderos en los sistemas políticos de muchos países. Aun es temprano para calcular con exactitud el impacto sobre los distintos sectores de las economías, pero lo que si esta claro es que el cuadro no tiene por ser igual de negro para todos. En mi opinión, el sector minero puede ser uno de los sectores que incluso beneficiará de los cambios que la pandemia producirá.

Durante mas de dos décadas la ponderación de las empresas mineras y petrolíferas en la bolsa de Londres ha sido elevada en comparación con otras bolsas internacionales. Cuando el precio del petróleo cayo a su nivel mas bajo de los últimos treinta anos, resultó en una caída aun mas exagerada de la bolsa de Londres y arrastró a todo el sector afectando no solo empresas multinacionales como Anglo American, sino también empresas como Hoschchild Mining, que operan exclusivamente en Chile.

Iván Arriagada, Presidente Ejecutivo de la empresa chilena Antofagasta Minerals, otra empresa cotizada en la bolsa londinense se asustó ante el desafío que enfrenta el sector y la economía mundial. Lo describió como “sin precedentes” y es así.

El gran tema para todos los altos ejecutivos de las empresas mineras sigue siendo el elevado coste de asegurar los bonos que han emitido a lo largo de los últimos 20 anos, al tiempo que caían los tipos de interés. En el caso de Glencore, el coste ha subido desde $127,000 por cada $10 millones de deuda, a principios del año, a casi medio millón de dólares, o sea un 5% de la deuda total de la empresa.

Arriagada comento que, ante la expectativa de una caída en la demanda, que la empresa chilena había procurado almacenaje adicional para el cobre que produce.

Desde luego, la importancia de Chile como productor de cobre, el país produce alrededor del 40% del cobre en el mundo, implica que cualquier cambio en la política del país frente el virus podría impactar sobre la producción de cobre y por consiguiente su precio en el mercado.

Muchos de los países africanos se verán obligados a cerrar la producción y limitar las exportaciones de ciertas materias primas, y esto podría ser la clave para la supervivencia del sector en los países latinoamericanos ya que muchas de las inversiones han sido realizadas y son países exportadores de otras commodities como, por ejemplo, productos agrícolas cuya demanda aumentara mientras dure la crisis.

El futuro para América Latina no tiene por ser tan negro como otros lo han pintado. De hecho, la necesidad de reanimar las economías de los países desarrollo les obligara a gastar billones en obras publicas como ocurrió durante la Gran Depresión de los años treinta. Según analistas el gasto fiscal adicional ya equivale a 6% del PIB nominal del 2019 y JP Morgan prevé que los balances de los bancos centrales se expandirán hasta el 18% del PIB Global en 2021. Este dato representa tres veces la expansión registrada en 2008.

¿Que impacto puede tener este aumento en la deuda y el esfuerzo fiscal en el sector minero, en particular y el sector de las commodities, en general?

Aun es temprano predecir el posible impacto del virus sobre la demanda de las commodities, aunque el caso del petróleo sirve como ejemplo del riesgo que muchos temen podría resultar de una caída catastrófica en la demanda y en los precios de varias commodities. China esta saliendo del pozo antes de los demás, pero sus industrias necesitan una recuperación en la demanda externa para poder generar los beneficios que generaban antes de la pandemia. La demanda interna no será suficiente y es poco probable que el gobierno China gaste dinero en obras publicas mientras existe el riesgo que el desempleo aumente teniendo que apoyar los afectados.

Es esfuerzo fiscal en los países desarrollados requerido para superar la crisis, les obligará reducir el gasto publico en el medio plazo y será difícil, si no imposible, para algunos de estos países emitir bonos para cubrir los gastos mínimos. Es por eso por lo que la Unión Europea esta debatiendo si puede emitir bonos a favor de países como Italia cuyo nivel de endeudamiento es ya muy elevado.

En Latinoamérica, la situación se complicará aun mas por que es casi imposible emitir deuda en moneda local, lo que Carstens refiere como “el pecado original”. La fragilidad de las economías amenaza con otra Década Perdida. Brasil ha visto como su déficit presupuestario ha alcanzado en muy poco tiempo el 7% del PIB. En otras palabras, se ha triplicado. Esto se debe en gran parte a la falta de confianza en el presidente de Brasil y la incapacidad de su equipo económico, los llamados “Chicago Boys” de lograr reducir el gasto publico a raíz de la pandemia. La falta de una respuesta adecuada podría costar el país muy caro y es una situación parecida a la llegada de los conquistadores a Latinoamérica con sus “pandemias”. De hecho, el COVID 19 es una gran amenaza a los pueblos indígenas del país.

En otros países de la región, la falta de ideología les ha permitido buscar soluciones a la pandemia sin estorbar los metas fiscales o económicas. En Chile, el esfuerzo del presidente por encontrar soluciones le ha permitido recuperar un poco de la popularidad perdida a raíz de protestas a lo largo del 2019. El pragmatismo ya gobierna en muchos países de la región.

En mi opinión, el efecto mas duradero de la pandemia será la necesidad de estrechar las relaciones entre los sectores productivos de las economías, que incluye el sector minero, a los sectores no productivos o poco productivos para que estos no representen un peso demasiado grande sobre la sociedad y para que los sectores productivos puedan mantener acceso a la financiación. Se crearán sociedades corporativistas donde los vínculos entre los sectores publico y privado sean estrechos.

China puede servir como inversor y comprador de muchas commodities, pero habrá que buscar nuevos mercados y también colaborar mas con países productores de las mismas commodities para crear oligopolios capaces de regularizar el precio y controlar la oferta de ciertas commodities.